ISOLUX se declaró en preconcurso de acreedores el pasado 31 de marzo del presente, buscando cuatro meses más para encontrar una solución a la deuda que ahogaba a la constructora (unos 1.600 millones de euros). Sin embargo, en ese periodo ningún inversor ha propuesto el dinero suficiente para reflotar la empresa y lograr refinanciar la deuda. Finalizado ese plazo, la empresa ha solicitado oficialmente el concurso de acreedores, sumándose a otros grandes batacazos empresariales en España, como los de Martinsa-Fadesa, Abengoa, Nueva Rumasa, Pescanova o el más reciente de Reyal Urbis.

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