Según el Boletín Oficial del Estado (BOE), la Asociación Gallega de Piscifactorías de Trucha (Atrugal) entró en concurso de acreedores y solicitó su liquidación el pasado mes de marzo tras un conflicto laboral del que los socios no quisieron responsabilizarse, por lo que, según fuentes de la asociación se hizo necesario asumir la decisión debido a la «situación de insolvencia» que se originó.
El juzgado de lo Mercantil número 2 de A Coruña declaró el «concurso voluntario» de Atrugal, que representa a una veintena de socios y a más de 25 piscifactorías en Galicia, dando el juez un plazo de un mes para que los acreedores comuniquen a la administración concursal las deudas que Atrugal tiene con ellos.
El juez acuerdo también abrir la fase de liquidación de Atrugal (con sede en A Coruña) a petición de la propia entidad (que acabará liquidando sus activos y disolviéndose), por lo que la administración concursal, Laura Tasende Cancela, procederá a disolver la asociación y a cesar a los administradores de la sociedad, cuyas funciones serán asumidas por la administración concursal.

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Imagen de Atrugal, en concurso de acreedores voluntario

El motivo de esta solicitud de liquidación concursal puede entreverse en el documento que presentaron los representantes de la Asociación Española de Productores de Acuicultura Continental (Esacua) y Atrugal el pasado mes de noviembre. El Informe de Acuicultura Continental 2015 refleja el estancamiento del sector en los últimos años debido al descenso de producción y al adverso marco económico provocado, entre otras cosas, por la entrada en la UE de trucha procedente de Turquía a precios con los que les resultaba imposible competir.

Atrugal fue en los últimos años una de las organizaciones más críticas con la situación del sector, alertando desde hace tiempo del descenso de producción y del alarmante cierre de plantas. La patronal pidió reiteradamente una mayor implicación de la Xunta en el sector, acusando a la administración autonómica gallega de «generar problemas» y no solucionar «los que ya existen».
La patronal también impulsó una Asociación de Defensa Sanitaria (ADS) centrada en la formación, control y protección del bienestar animal.

El juzgado mercantil de Lugo acordó abrir la fase de liquidación de Promotora de Alojamientos Lucenses S.A. (Proalsa), propietaria del Gran Hotel Lugo. La entidad ha sido declarada disuelta, por lo que la familia del fallecido constructor berciano Martínez Núñez queda al margen y será la administración concursal la que asuma todas las competencias.
La sociedad Promotora de Alojamientos Lucenses, propietaria del Gran Hotel de Lugo, inició la fase de liquidación, a la que se opusieron los hermanos Martínez Parra, principales accionistas. El Juzgado Mercantil ya ha anunciado el inicio de esta fase del concurso de acreedores y en el que declara disuelta la entidad.
Al no conseguir llegar a un acuerdo con el Banco Popular para que efectuara una quita de los 7,7 millones de euros que pide por la unidad productiva del Gran Hotel y al finalizar el plazo de un año que paralizaba la ejecución del embargo del edificio la administración concursal pidió el inicio de la fase de liquidación ya que ninguna de las ofertas sería suficiente para abonar la deuda al banco, a los empleados y al resto de los acreedores.

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El concurso de acreedores del Gran Hotel de Lugo entra en la fase de liquidación

El personal del Gran Hotel está preocupado por la continuidad de sus empleos ya que se ha hecho público que podría reducir parte de su plantilla, a través de un ERE. La intención inicial no pasar por cerrar un establecimiento que está generando ingresos y funcionando bien a pesar del deterioro cada vez más evidente de unas instalaciones que llevan años sin ningún tipo de reforma ni reposición de material.
Los trabajadores del Gran Hotel han expresado en los medios de comunicación su confianza en que esta liquidación non implique lo que calificaron de un “desguace del hotel” sino que los interesados en comprarlo presenten ofertas en firme para que pueda producirse una adjudicación y seguir en funcionamiento para evitar que la plantilla de vaya a la calle y los bienes y activos de esta compañía se pongan en venta. Los representantes de los empleados quieren solicitar al administrador concursal que se venda la unidad productiva a sabiendas de que la compañía que compre esta unidad de negocio tendrá que asumir importantes reformas.
Se espera que en fase de concurso de acreedores en la que se encuentra actualmente, que es la de la liquidación, sea más fácil que en la anterior de conseguir el objetivo de la viabilidad. Previsiblemente se retomarán las negociaciones para la venta directa del inmueble del Gran Hotel. Si no se encontrase un comprador en esta fase se procedería a su subasta.
El concurso de acreedores del Gran Hotel fue presentado hace un año, a instancias de un grupo de ex trabajadores a los que les deben indemnizaciones y salarios y que anunciaron su intención de solicitar la declaración del concurso como culpable con el objetivo de cobrar parte de lo que se les adeuda, ya que según los cálculos de los representantes de los empleados la liquidación de los activos no será suficiente para cubrir toda la deuda. Si por el contrario se declara el concurso culpable tendrían la posibilidad de cobrar.
Por su parte los accionistas minoritarios de la sociedad designaron como administradora a María Isabel Martínez Parra. La hija del constructor que levantó el edificio y sus asesores se negaron en todo momento a presentar el concurso de acreedores que le reclamaban el resto de los miembros de la sociedad hasta que lo hizo este grupo de extrabajadores.

Los concursos de acreedores acumulan 29 meses de caída en la comparativa interanual española, es decir, por noveno trimestre consecutivo las compañías que han entrado en concurso de acreedores han bajado, confirmando la tendencia de descenso iniciado en noviembre de 2013 que ya anunciamos en esta sección de noticias de Sic Concursal.
Según los datos recopilados por la agencia de rating Axesor en marzo se iniciaron 363 procesos concursales, un 23,4% menos respecto al mismo mes del año pasado. En total en el primer trimestre del año comenzaron 1.087 concursos de acreedores, lo que es una reducción del 22,5% en relación al primer trimestre de 2015.
A pesar de que nadie duda del carácter positivo que esta tendencia de descensos desde que la Ley Concursal de 2004 agrupó quiebras e impagos, los expertos aseguran que ello no implica que sea una buena solución para las empresas problemas de insolvencia, ya que sólo el 3,74% de los concursos en vigor en lo que va de año ha logrado llegar a un acuerdo con los acreedores para evitar su liquidación concursal y cese de actividad. Es decir, que mientras los concursos de acreedores cayeron un 21% en los tres primeros meses del año, las disoluciones aumentaron un 5% (hasta las 8.292) aunque en marzo experimentaron su primer descenso.
Esto tiene una traducción sobre el mercado laboral y la actividad económica española, ya que las sociedades que entraron en concurso desde enero sumaban 8.202 empleados y una facturación de algo más de 1.500 millones de euros (un 20% menos que las que iniciaron este proceso en 2015).
Las sucesivas reformas de la Ley Concursal se apuntan como principal motor de la mejoría de estas estadísticas, ya que los cambios perseguían que llegar a acuerdos preconcursales que salven la actividad y los puestos de trabajo de las compañías sea más asequible. También facilitan la capitalización de las deudas y el efecto de arrastre de los convenios que sean firmados por la mayoría de los acreedores. A los efectos de estas reformas de la Ley Concursal sobre las cifras también hay que sumarle una mejoría de la situación económica.

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Según los datos de Axesor en lo que va de año se han declarado 236 concursos de acreedores en la construcción, 225 en comercio y 140 en el sector de la industria manufacturera

En la línea de las anteriores cifras, los dos sectores más determinantes para esta tendencia de descenso de las cifras de concursos de acreedores son la construcción y el comercio, que representan el 42,4% de todos los procesos iniciados en España.
Fuente: Axesor

El Juzgado de lo Mercantil Número 1 de Valencia ha decretado la apertura de la fase de liquidación concursal de la empresa Corporación Dermoestética, S.A., en concurso de acreedores al no aceptarse las propuestas de convenio de acreedores. Según ha informado el Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana (TSJCV) a través de un comunicado, el magistrado procede a la conclusión de la fase común del concurso, decreta la suspensión de la disposición de la mercantil sobre su patrimonio y declara la disolución de la sociedad nacida en 1979 y que en 2014 tenía España 54 clínicas propias (que no franquicias) con las que abarcaba casi el 90 por ciento del territorio nacional, y otras cinco en Portugal.

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El Concurso de acreedores de Corporación Dermoestética acaba en liquidación

Según el auto se declara la apertura de la fase de liquidación a instancias del deudor “en el caso de que no se hubiera presentado dentro del plazo legal ninguna de las propuestas de convenio” y añade que se procede la liquidación concursal cuando “no hubiesen sido admitidas a trámite las que se hubieran presentado”. El juez recuerda que este es el supuesto que se plantea en el caso de la firma, por lo que se abre la fase de liquidación.
Por último, el magistrado cesa a los administradores o liquidadores y declara «el vencimiento anticipado de los créditos concursales aplazados y la conversión en dinero de aquellos que consistan en otras prestaciones», aunque, contra esta resolución cabe interponer recurso de apelación ante la Audiencia Provincial de Valencia.
La empresa, que se dedicaba a la medicina y cirugía estética está en concurso de acreedores desde febrero de 2015 después de que en diciembre de 2014, presentase un preconcurso para intentar obtener adhesiones a una propuesta anticipada de convenio (conforme a la Ley Concursal) o llegar a un acuerdo de refinanciación ante el mismo juzgado que acuerda ahora su liquidación. En ese momento declaraba que esta decisión no implicaba el cese de actividad y mantenía abiertas sus clínicas atendiendo a sus clientes y continuaba prestando servicios.
Pero de forma simultánea a esas manifestaciones, la firma ya había puesto en marcha un expediente de despido colectivo para toda la plantilla, compuesta por 300 empleados, trabajadores que en ese momento la compañía tenía entre España y Portugal. Los sindicatos pidieron ser parte del proceso en la comisión negociadora del expediente de regulación de empleo (ERE) de extinción. En 2014 contaba en España con 54 clínicas propias, no franquicias, que le permitía abarcar cerca del 90 por ciento del territorio nacional, y disponía de otras cinco en Portugal.

Mercasevilla se ha visto abocada al concurso de acreedores después de que la junta de accionistas rechazara la ampliación de capital diseñada por sus gestores para afrontar el pago de más de once millones a la constructora Sando provocado por una sentencia desfavorable por un incumplimiento de contrato de 2005.
Mercasa paralizó la ampliación de capital de más de 5 millones de euros prevista para evitar el embargo y sanear las cuentas del mercado central de abastos debido, entre otras cuestiones porque la sociedad estatal sólo tiene garantizado el servicio hasta 2021 y, sobre todo, porque tampoco evitaría el embargo ya que sería insuficiente para pagar todas sus deudas.
Esta decisión ha causado sorpresa y temor por el futuro de Mercasevilla, pero Mercasa ha argumentado que la solicitud voluntaria de concurso de acreedores es la mejor opción para que pueda recuperarse, ya que evitará durante un año el embargo de bienes solicitado por Sando. Esto le permitirá negociar una quita con acreedores y ganar tiempo para que se celebre el juicio penal previsto para otoño de 2016 por la venta de suelos con la esperanza de que se anule ese contrato en el que están imputados diez políticos, exasesores, técnicos y empresarios y que ha unido el nombre de Mercasevilla al del escándalo político.

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El concurso de acreedores de Mercasevilla pretende ganar tiempo para evitar el embargo y negociar una quita que evite la liquidación concursal

El fracaso de la ampliación de capital se debe a que ésta tenía que ser aprobada por una mayoría cualificada (dos tercios), que no se consiguió a pesar de contar con el apoyo del Ayuntamiento (que ostenta el 51%), y de los mayoristas de frutas y verduras (menos del 1%). Ahora el plan para darle viabilidad a Mercasevilla y evitar así su liquidación concursal pasa por negociar de nuevo con Sando y aclarar si Mercasa tiene voluntad de continuar en el capital social de Mercasevilla. El gobierno municipal ha aclarado que el objetivo de este procedimiento no será su liquidación concursal y que la empresa dispone de tesorería suficiente para mantener la plantilla y los compromisos con los proveedores durante un tiempo.
En el caso de que la empresa vaya a liquidación concursal la Ley de Bases de Régimen Local adjudica a los ayuntamientos la prestación del servicio de mercado mayorista, ya sea directa o indirectamente. Por lo que, si Mercasevilla desaparece, el Ayuntamiento de la ciudad hispalense se vería obligado a hacerse cargo del servicio creando otra empresa o adjudicándosela a un tercero.

Abengoa ha conseguido sortear in extremis el concurso obteniendo más tiempo para presentar su plan de reestructuración con el apoyo del 75 por ciento de sus acreedores bajo la fórmula de contrato de espera o «standstill» ante el Juzgado de lo Mercantil número 2 de Sevilla. La compañía de energías renovables tendrá siete meses más para que ese respaldo del 75 % logrado para la solicitud del aplazamiento se traslade al plan definitivo de reestructuración, basado en el acuerdo que se alcanzó con los principales dueños de la deuda (alrededor del 40 %) y que tendrá como principal consecuencia una Abengoa más pequeña (centrada en la ingeniería y construcción), que tendrá que poner a la venta una serie de activos no estratégicos (entre ellos la división de biocarburantes de primera generación). También será una empresa con menos recursos propios para sus proyectos y una disciplina financiera fuerte, presumiblemente controlada en gran medida por fondos de inversión, ya que será necesaria una inyección de capital de entre 1.500 y 1.800 millones, lo que otorgará a los nuevos acreedores el 55 % de la compañía, y con ella su control. Un grupo de fondos se ha comprometido con la suscripción de más de 1.000 millones.

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La compañía pide al juez un plazo extra para presentar el plan de reestructuración que evite el concurso de acreedores

Por otro lado con este aplazamiento consigue dejar en suspenso el ejercicio de determinados derechos de resolución y vencimiento anticipado de financiaciones. Esto facilitará la reactivación de la compañía, aliviar la situación de liquidez, desbloquear las desinversiones y reanudar la política comercial. En definitiva, que Abengoa pueda seguir funcionando con estabilidad.
Como ya hemos contado en esta sección de noticias de Sic Concursal, el hecho de que Abengoa sea una multinacional hace necesario presentar solicitudes similares de aplazamiento para que esta protección sea extensible a otros países en los que desarrolla su actividad.
Una vez logrado esto, y el 75 % de adhesiones necesarias, Abengoa llevará al juzgado el plan definitivo que evite el concurso. Los responsables confían en que esto se realice antes de que termine abril.
La Junta Extraordinaria de Accionistas deberá ratificar todas estas operaciones que pretenden evitar la liquidación concursal de Abengoa y la venta de sus activos.
Todos estos cambios y la aplicación del plan de reestructuración, alejarán a Abengoa del que sería el mayor concurso de acreedores de España tras solicitar en noviembre el preconcurso asfixiada por las deudas, pero también acabarán con su carácter familiar.

El administrador concursal de la Hullera Vasco-Leonesa y el comité de empresa han acordado llevar a cabo un nuevo ere suspensivo para la totalidad de los empleados de la compañía matriz y que durará tres meses. Este Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) comenzará a aplicarse después del 30 de abril (fecha en que concluye el actual) y se entenderá hasta el 31 de julio afectando a toda la plantilla, 326 trabajadores. Así lo han explicado a los medios de comunicación fuentes del comité de empresa, que calificaron este acuerdo de balón de oxígeno para mantener los contratos vivos mientras se analizan las ofertas presentadas y se buscan posibles compradores para la compañía, que se ha divido en tres unidades de producción: cielo abierto, interior y lavadero. Este acuerdo supone un nuevo intento de salvación para la Hullera Vasco Leonesa, un emblema de la minería en España.
Con este nuevo ERTE se abre la posibilidad de buscar nuevos compradores para estas tres unidades de negocio, así como analizar las ofertas de compra que hasta ahora se han públicas para intentar dar viabilidad y evitar la liquidación de los activos concursales y el cierre de esta antigua minera.

Unidades de negocio frente liquidación activos concursales

La administración concursal prioriza la venta de unidades de negocio y el mantenimiento de los puestos de trabajo
Foto: verpueblos.com

A día de hoy han hecho pública su interés por la explotación de interior una sociedad de empresas de Asturias y Madrid y el empresario asturiano Pedro Emiliano Román. Por su parte, la compañía Peal, vinculada a La Vasco desde hace más de medio siglo tiene intención de pujar por la mina a cielo abierto.
Como os contamos en esta sección de noticias de Sic Concursal, el plan de liquidación concursal de la Hullera Vasco Leonesa se presentó el pasado 15 de marzo en el Juzgado de Primera Instancia número 8 y Mercantil de León tras declarar su disolución el pasado mes de febrero y sustituir el órgano de administración de la compañía por la administración concursal.
La Hullera Vasco Leonesa, declarada en concurso de acreedores desde finales del pasado mes de mayo, acumula créditos concursales por un valor total de 53,6 millones de euros, según la información presentada por la administración concursal de la sociedad ante el Juzgado de lo Mercantil de León. Tras abrirse la fase de liquidación de la empresa, el consejo de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) ha acordado la exclusión de negociación de las acciones de la Hullera Vasco-Leonesa de las Bolsas de Valores de Madrid y Bilbao y del Sistema de Interconexión Bursátil.

Los procesos de insolvencia acumulan 28 meses consecutivos de descensos (cerca de dos años y medio seguidos) según los datos facilitados por la agencia de rating española Axesor. La estabilización de la economía es, según los expertos, uno de los motivos por los que las cifras se alejan cada vez más del máximo histórico que se produjo en 2013, cuando se iniciaron en un solo año 9.000 nuevos concursos de acreedores. En cambio, el año pasado fueron menos de 5.000. Aunque son estos mismos expertos los que destacan el hecho de que debido a que la crisis ha llevado a la liquidación concursal y cierre de numerosas empresas, también podría decirse que hay menos concursos porque hay menos compañías en activo. Aunque a raíz de las últimas reformas legislativas, y tal y como hemos recogido en los últimos post de Sic Concursal, se está priorizando la venta de unidades de negocio frente a la liquidación concursal, pero lo cierto es que en los años más duros de la crisis un 95% de las sociedades que se declaraban en concurso de acreedores acababan en liquidación concursal. Es decir, las sucesivas reformas concursales aprobadas a lo largo de los dos últimos años, que facilitan la consecución de acuerdos preconcursales, la capitalización de las deudas y el efecto de arrastre de los convenios que rubricados por la mayoría de los acreedores está tras esta mejora de las cifras.
En febrero se cumplieron 28 meses consecutivos de caída en las cifras de concursos de acreedores. El mes pasado se iniciaron 443 procesos formales de insolvencia, un 15,6% menos que en el mismo periodo del año pasado. Se trata del mes de febrero con menos concursos registrados desde el año 2008, si bien los números son todavía muy superiores a las cifras de entonces (126 casos). El balance acumulado en los dos primeros meses del año es de 724 casos, un descenso del 21,7% en la comparativa interanual y también la cifra más baja desde el año 2008.
En la misma línea de los últimos datos que compartimos en esta sección de noticias de Sic Concursal es, una vez más, el fuerte descenso en la construcción (-34,1% en los dos primeros meses del año) la principal responsable de la tendencia bajista, aunque los concursos han aumentado en varios sectores de actividad.

concurso acreedores bajada

Descienden los concursos de acreedores y hay un ligero repunte en la creación de empresas, aunque con menor capital

Otra noticia positiva es el repunte de la actividad emprendedora, ya que en febrero se dieron de alta 10.788 empresas, un 26,7% más que en el mismo mes del año pasado y es la primera vez que nacen más de 10.000 empresas en España en solo mes desde abril del año 2008, aunque el capital suscrito para la creación de estas compañías es menor (en los dos primeros meses se han destinado 1.028,57 millones de euros, lo que supone un descenso del 47,4%).
Fuente: Axesor

Dominion (filial del grupo vasco Cie Automotive, que cotiza en bolsa) ha resultado adjudicataria de la unidad de negocio de Abantia, ingeniería barcelonesa propiedad de las familias Gummà y Boada y que estaba en concurso de acreedores desde el pasado 10 de febrero.
La empresa de instalaciones e ingeniería aplicada, con sede en Sant Boi de Llobregat, pidió al juez la liquidación concursal al ser incapaz de hacer frente a deudas de 140 millones de euros y, en la misma demanda del concurso de acreedores informó de la oferta vinculante.
Para los acreedores la oferta de la compañía de servicios tecnológicos Dominion no resultaba suficiente, ya que 2 millones de euros no bastan para repartir entre todos y asumir una deuda de 10,3 millones por retrasos salariales y pagos a la Seguridad Social. Sin embargo, el juez ha primado que el hecho de vender la unidad de negocio permitirá salvar más de 900 empleos y parte del negocio frente a la alternativa de la liquidación concursal, la venta de sus activos concursales y cierre de Abantia. Siguiendo las recomendaciones de la administración concursal, el juez se ha abstenido de llevar a cabo una subasta para ver si había algún comprador que ofreciese más dinero para así intentar salvar más puestos de trabajo.

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La venta de la unidad de negocio de Abantia evitará su liquidación concursal

Con esta adjudicación de la unidad productiva, contra la que no cabe recurso, se da prácticamente por concluido un concurso de acreedores de un tamaño considerable (debido al volumen de activos y plantilla de Abantia) en un tiempo récord de 37 días. Abantia, heredera de la histórica Corporación AGE (surgida en 1944), es uno de los principales grupos de ingeniería catalana con una facturación que supera los 200 millones de euros, y previsión de facturación de 235 millones en 2015. Tiene presencia en los cinco continentes, se dedicaba a proyectos de energías renovables entre otros trabajos y era una referencia en el sector. La antigua Corporación AGE, que llegó a facturar casi 300 millones de euros en el 2012, desaparece entre un reguero de pérdidas y una gestión que resultó polémica. Dominion está preparando su salida a bolsa esta primavera y ha crecido exponencialmente por la vía de las adquisiciones. Ahora intentará sacar partido de los contratos de Abantia, de sus equipos y de su fuerte presencia internacional.
Hace unos días el grupo internacional de ingeniería en instalaciones, mantenimiento y energía Abantia presentó un Expediente de Regulación de Empleo (ERE) para 318 personas entre las diferentes empresas del conglomerado.

Como hemos publicado en esta sección de noticias de esta web de la empresa de gestión de activos Sic Concursal, en los últimos tiempos se nota un sensible incremento de las ventas de unidades de negocio. Una de las principales explicaciones es que uno de los principales objetivos que persigue la Ley Concursal (Ley 22/2003) es la conservación y continuidad de las empresas. Por ello la Ley ofrece ciertas ventajas al que pretende la adquisición de una empresa en situación de concurso de acreedores si se compra el conjunto de activos, bienes y derechos para dar continuidad a la actividad empresarial o determinadas unidades productivas.
Durante los años más duros de la crisis la legislación concursal no pudo impedir la liquidación concursal de cientos de empresas en nuestro país, y el porcentaje de las compañías declaradas en concurso de acreedores que conseguían sobrevivir era casi anecdótico.
Aunque desde su entrada en vigor en septiembre de 2004 la Ley Concursal regulaba ciertos aspectos de la venta de la unidad productiva (como las ventajas de tipo fiscal y también laboral para la compra de unidades productivas), las sucesivas reformas incluyeron modificaciones para facilitar la venta de unidades productivas, porque la práctica ha demostrado que es un buen procedimiento para asegurar la continuidad de la empresa o, de al menos, de la parte viable de ella.

Liquidación activos concursales

La venta de unidades productivas en aumento respecto a las liquidaciones concursales

Para tratar de hacer más atractiva la venta de unidades de negocio se han ido suprimiendo muchas de las cargas y se dan facilidades, como el hecho de que se cederán a favor del comprador las licencias o autorizaciones administrativas afectas a la continuidad de la actividad empresarial.
En concreto los contratos privados necesarios para la actividad de la empresa (como, por ejemplo, los del suministro eléctrico o telefónico) actualmente se subrogan automáticamente. Además el comprador de la unidad productiva no responde del pago de las deudas del concursado, salvo que el adquirente las asuma expresamente o los adquirentes sean personas especialmente relacionadas con el concursado gracias a la Ley 9/2015. Es decir, el comprador se libra de la práctica totalidad de las deudas que lastran a la sociedad en concurso, incluidas las de la Agencia Tributaria pero con la excepción de la Seguridad Social. En concreto el comprador tendrá que asumir las cotizaciones pendientes únicamente de los trabajadores que se queden a su cargo.
Las últimas cifras apuntan una tendencia al aumento de las adquisiciones de unidades negocio que incluyen el capital humano y las líneas de producción de cara a una continuidad en la actividad empresarial y una disminución de las liquidaciones concursales y ceses de actividad gracias a las progresivas modificaciones normativas. La consecuencia es la reducción de la destrucción del tejido productivo (que se dio con virulencia en los años más duras de la crisis económica), el mantenimiento del empleo y que empresas que atraviesan problemas puntuales de solvencia, pero que pueden ser viables, tengan una segunda oportunidad.
A pesar de todas estas facilidades la venta de unidades productivas no está exenta de riesgos ya que, por ejemplo, en caso de fracaso el comprador tendría que asumir la antigüedad de los trabajadores en el pago de indemnizaciones, ya que a efectos laborales se considera que existe sucesión de empresa.
En definitiva, la adquisición de una unidad de negocio en el ámbito concursal puede resultar una buena oportunidad inversora al adquirir una empresa a buen precio y con las máximas garantías jurídicas, ya que el juez que tramita el concurso aprueba esa compraventa.