Abengoa ha conseguido sortear in extremis el concurso obteniendo más tiempo para presentar su plan de reestructuración con el apoyo del 75 por ciento de sus acreedores bajo la fórmula de contrato de espera o «standstill» ante el Juzgado de lo Mercantil número 2 de Sevilla. La compañía de energías renovables tendrá siete meses más para que ese respaldo del 75 % logrado para la solicitud del aplazamiento se traslade al plan definitivo de reestructuración, basado en el acuerdo que se alcanzó con los principales dueños de la deuda (alrededor del 40 %) y que tendrá como principal consecuencia una Abengoa más pequeña (centrada en la ingeniería y construcción), que tendrá que poner a la venta una serie de activos no estratégicos (entre ellos la división de biocarburantes de primera generación). También será una empresa con menos recursos propios para sus proyectos y una disciplina financiera fuerte, presumiblemente controlada en gran medida por fondos de inversión, ya que será necesaria una inyección de capital de entre 1.500 y 1.800 millones, lo que otorgará a los nuevos acreedores el 55 % de la compañía, y con ella su control. Un grupo de fondos se ha comprometido con la suscripción de más de 1.000 millones.
Por otro lado con este aplazamiento consigue dejar en suspenso el ejercicio de determinados derechos de resolución y vencimiento anticipado de financiaciones. Esto facilitará la reactivación de la compañía, aliviar la situación de liquidez, desbloquear las desinversiones y reanudar la política comercial. En definitiva, que Abengoa pueda seguir funcionando con estabilidad.
Como ya hemos contado en esta sección de noticias de Sic Concursal, el hecho de que Abengoa sea una multinacional hace necesario presentar solicitudes similares de aplazamiento para que esta protección sea extensible a otros países en los que desarrolla su actividad.
Una vez logrado esto, y el 75 % de adhesiones necesarias, Abengoa llevará al juzgado el plan definitivo que evite el concurso. Los responsables confían en que esto se realice antes de que termine abril.
La Junta Extraordinaria de Accionistas deberá ratificar todas estas operaciones que pretenden evitar la liquidación concursal de Abengoa y la venta de sus activos.
Todos estos cambios y la aplicación del plan de reestructuración, alejarán a Abengoa del que sería el mayor concurso de acreedores de España tras solicitar en noviembre el preconcurso asfixiada por las deudas, pero también acabarán con su carácter familiar.