Si bien es cierto que los concursos de acreedores han proliferado en el mundo empresarial, no menos cierto es que la liquidación de empresas se realiza cada vez con mayor y mejor criterio.
Los procedimientos concursales generan la venta de todos (o parte de) los activos de la empresa para poder, posteriormente, pagar a todos los acreedores de la concursada. El interés porque dichos activos se vendan es común a todas las partes: (1) la concursada quiere que se pague el mayor número de deudas; (2) que se pague a los administradores concursales; (3) que quede algún remanente para los socios; (4) los administradores concursales y los acreedores quieren que los activos se transformen en la liquidez, pues su objetivo es cobrar los créditos y los honorarios.
Falta por tanto la persona que tenga el interés en adquirir los activos de la empresa, y es ahí, donde SIC CONCURSAL realiza su tarea empresarial de forma más profusa.